martes, 12 de enero de 2016

Demolición

Imaginate que el presidente de tu país vecino (que también decide sobre tu país) determina que si algún miembro de tu familia está involucrado en un hecho “terrorista” (según sus parámetros), o simplemente lo identifican como “peligroso o amenazante” (ponele el nombre que quieras) primero se va a encargar de que tu hijo no tenga ningún derecho humano a ser procesado, porque él decide cuando y quien va a matarlo, segundo, imaginate que por ser padre, madre, hermano, hermana de quien es “acusado” te llega una orden que dice que tu casa va a ser demolida.
Ahora imaginate que luego de recibir la orden tratás de hacer tu reclamo, con tu abogado personal, golpeás las puertas de todos los organismos que “defienden tus derechos”, igual así el más alto organismo falla en tu contra. ¿El resultado? Matan a balazos a tu hijo, hermano, amigo y a los tres meses tu casa es demolida.
Suena fuerte, injusto, aplastante, se siente sangriento, desgarrador. Pero así fue. Dolorosamente, en los Territorios Palestinos Ocupados, asi es.

Volviamos de la caminata de la mañana, paramos a comprar almendras y miel, cuando recibí una llamada de Ghassan. Me saludó y dijo que debíamos cancelar el plan para la mañana que era visitar el pueblo de Jalud. Le pregunté cual era el motivo y me contó que la casa que había recibido una orden de demolición dos semanas atrás había sido demolida durante la noche. Mis compañeras me preguntaron que había pasado, creo que mi cara se transformó.

El 01 de enero, recibiendo el nuevo año, nos habíamos acercado hasta el pueblo de Surda, luego de leer en las noticias que la familia Halabbi había recibido una orden de demolición el 28-12-15 que decía que en 10 días su casa sería demolida. La familia ya no estaba en el lugar, se había mudado en octubre a Ramallah.
La casa tenía pegadas varias fotos de Mohammed, un pibe de 19 años que fue acusado de matar a dos colonos Israelies el 3 de octubre en la Ciudad Vieja de Jerusalén, el mismo día del hecho los soldados israelíes lo mataron.
Estuvimos un rato en el barrio, tomamos algunas fotos y nos retiramos.

Casa de la familia Halabbi


Leimos sobre lo ocurrido y supimos que Benjamin Netanyahu, el actual presidente de Israel determinó en octubre pasado que las casas de las familias en las cuales sus hijos se encuentren involucrados en algún incidente serían demolidas.

La mañana del 09 de enero, luego de recibir el llamado, fuimos hacia la casa en Surda. Bueno, en realidad no nos encontramos con la casa, nos encontramos con un montón de escombros, con una casa demolida. Mis ojos no entendían lo que veían, la Pau, la de ahora, no aceptaba esa realidad.
Nos bajamos y encontramos a la madre de Mohammed, alugnos familiares y vecinos, quienes nos dieron algunos datos sobre la demolición la noche anterior. Registramos todo: horario, cantidad de topadoras, cantidad de soldados, el corte de la ruta, los nombres de los familiares afectados. Tomamos fotos.
Y yo seguía en una especie de “shock” me negué una y otra vez a aceptar eso como “normal”. Traté de darle mis condolencias a un familiar y me dijo que no queria ningún tipo de condolencias, que esta es la vida bajo la ocupación.
-”¿Nos demuelen la casa? Después de matar a Mohammed, también nos demuelen la casa.” Decía a gritos el padre cuando llegó.


Estuvimos un rato ahi, no se el tiempo exacto, sentí que fue una eternidad. No sabía si mi presencia, si nuestra presencia estaba colaborando en algo en esa situación. Veía como llegaban los canales locales, los periodistas abalanzándose sobre los familiares para entrevistarlos. Miraba sus ojos, trataba de ponerme en esos zapatos, en esos corazones, y no podía. Mientras eso sucedía, un pibito de 5 años, el primo de Mohammed plantaba la bandera palestina al lado de la foto, en medio de los escombros. Otro pibe buscaba banderitas y las colgaba alrededor.

Ghasan nos preguntó si queríamos saludar a la madre, estábamos con Emilia, una compañera del placement de Belén y con Francisco. No me salió ninguna palabra. Solo la abra. Nos despedimos. Volvimos con todos esos datos para reportarlos.

La mamá de Mohammed observando su casa demolida
Matan a tu hijo, a tu hermano, a tu amigo. Te demuelen la casa. Te destruyen eso que construiste durante años junto con tu familia. No solo te demuelen por fuera sino que también te demuelen por dentro.
Matan a mi hermano, a mi amigo. Me demuelen mi casa. Me destruyen lo que construí. Me demuelen por fuera, pero también me demuelen por dentro.

Hoy nos enteramos que los vecinos y amigos de la familia están haciendo una colecta en diferentes pueblos para construir una nueva casa. La vida volviéndome a sorprender. La solidaridad ahí, acá, envolviéndonos como en un abrazo esperanzador.
Reiteradas veces escuché en estos días que lo anormal aquí se vuelve normal. Y yo sigo sin aceptarlo. Me niego No deseo esta situación para ninguna persona. No quiero justificar ninguna muerte. Cuando se meten con uno se están metiendo con todos. Acá. En las recientes represiones en Argentina. No puedo dejar de entenderme como parte de esta humanidad. No soy un individuo aislado. Y no me refiero solo a mi comunidad más cercana. Hablo de dejar de mirarnos el ombligo. Levantar la cabeza. Observar alrededor. Identificar las injusticias y una vez identificadas ponernos de pié. Pensar juntos. ¿Qué nos hace creer que esta situación como tantas otras no se va a terminar? Eso quiere este maldito sistema, la individualidad, la indiferencia, mantenernos dormidos, acostumbrados, resignados. Pero no. No será asi entre nosotros. Varios maestros caminaron estas tierras y nos dejaron sus enseñanzas, sus luchas. Cada vez que leemos la Biblia nos encontramos con esa historia, con estas historias. No olvidaremos a ellos y ellas que también lucharon por la liberación de los sistemas de opresión y de injusticia. Estamos acá, estamos allá, unidos y de pié. 

Paula Fogel
11-01-2016
Yanoun-Territorios Palestinos Ocupados

sábado, 9 de enero de 2016

Mujeres

Hoy deseo compartir con ustedes algunos ecos y registros de las mujeres con quienes me he encontrado por aqui.
La primer persona que nos dió la bienvenida al pueblo fue Wafa, quien vive aqui con su familia hace muchos años, solo se mudaron una vez, durante tres meses, al pueblo más cercano que es Aqraba, cuando los colonos judíos llegaron en el 2001 y hecharon a todas las familias que vivían en Yanoun.

A las 06.00 am cuando rumbeabamos a caminar los primeros días de diciembre, nos estaba esperando con un pan recién horneado para darnos la bienvenida. Son de esas imágenes que no hizo falta tomarlas con la cámara, cierro los ojos y está ahí.

Camino a la casa de Wafa y Rasheed
Nahija, nuestra profesora de árabe, vive en frente al placement, nuestra vecina, amiga, cocinera, profesora. Cada sábado vamos a tomar clases de árabe.
El sábado pasado me invitó a compartir el desayuno antes de la clase, aunque creo que la clase fue parte del desayuno, me fue enseñando los nombres en árabe del te, queso, pan, aceitunas. 
Cuando fui esta semana a visitarla estuvimos charlando un rato largo, le conté que nací y me críe en el campo, en un lugar que tiene varias similitudes con Yanoun, recordé la situación cuando mis papás se mudaron para el pueblo, que si bien es un pueblo chico la vida es diferente al campo. Me dijo que podía entender el sentimiento, que a ella le pasó lo mismo cuando se tuvo que ir al pueblo durante dos años, porque su casa estaba ocupada, cuando los colonos llegaron para instalarse, y que no se puede imaginar un día sin sus cabras, las ovejas, los árboles de olivos, el pan, y su familia viviendo aquí.
Me invitó a hacer queso, y ahi rumbié, junto con Tagreed, su hija, charlamos un rato largo, nos reimos, me dijo que las primeras veces que uno intenta hacer queso no sale muy bien, pero solo es cuestión de práctica, cuando terminamos me dió 3 quesos para compartir con mis compañeros y me invitó a amasar el pan alguna de las próximas mañanas.

La tarde siguiente fui a comprar huevos a la casa de Wafa y Rasheed, justo estaban ordeñando las cabras y me invitaron a quedarme, me preguntaron si mi familia tenia miedo de que yo esté acá, y me dijeron que cuando hable por teléfono de nuevo con ellos les diga que se queden tranquilos que acá estoy con mi familia también.

Hoy fuimos a Nabi Saleh, con Marianne y Emilia. Acordamos un encuentro con Manal y Basem Tamimi. Leimos las noticias sobre el pueblo antes de partir, reconocí el lugar por un video que circuló el año pasado en las redes sociales, donde un soldado israelí arresta violentamente a un niño, y recordé el impacto que me había causado cuando lo vi en casa, por la reacción de las mujeres en esa situación.

Cuando ibámos llegando nos encontramos con Ahjed, Sara y Marah, las reconocimos por los videos que habiamos visto, nos detuvimos a saludarlas y les preguntamos si podiamos charlar un rato con ellas. Nos dijeron que si. Nos acompañaron a tomar un te en la casa de Basem.


- "Cuando veo a los colonos en mi tierra, destruyendo mis sueños, eso me da fuerzas para luchar"
 - "Para mi futuro sueño dos cosas:
1: Si la ocupación continúa, quiero ser abogada para luchar por mi tierra y por mi gente.
2: Que Palestina sea libre. Si esto es así, quiero ser jugadora de fútbol.  (Testimonio de Ahjed)

El pueblo de Nabi Saleh está compuesto por 550 personas, muchas de ellas son parte de la familia Tamimi. 
Nuestra primer visita fue a la casa de Basem y Nariman. 

Aquí se  respira lucha, desde que entrás al pueblo, y en esta casa. Hace seis años esta gran familia decidió manifestarse pacificamente cada viernes, junto a diferentes organizaciones de otros pueblos, activistas internacionales y organizaciones de mujeres israelíes.
https://www.youtube.com/watch?v=huqO116p0e0
-"Cuando creamos el modelo de resistencia, pensamos en todas las personas que componen una sociedad: hombres, mujeres y ninos. El rol de las mujeres es muy importante. Ellas crian a nuestros hijos y les transmiten esta conviccion de lucha" decia Basem.

"Mi único heroe en este lío" (EA Emilia)
Basem nos decia que cada dia tienen que luchar en contra de la colonizacion, y no se trata solo de lo visible, sino de esas cosas que te van colonizando la cabeza y los sentimientos. 
-"Si ustedes cuentan lo que vieron y escucharon, eso es aprte de la resistencia pacifica".

Nuestra segunda visita fue a la casa de Manal. Nos hablo de la manera "no violenta" de resistir, de la importancia de la participacion de las mujeres, y del rol femenino en la sociedad Palestina.
Ella junto a otras 3 mujeres son parte del grupo organizador de la resistencia en Nabi Saleh, estan en contacto con muchas organizaciones y asi van compartiendo la experiencia en otros pueblos y ciudades. Invitando, contagiando  a otras mujeres, a otros ninos y ninas, a otros hombres, en este modo de vivir.

¿En cuál camino decidís que vengan por vos? Sentado en tu casa esperando que los soldados lleguen? O luchando de pié?
 Tu  cabeza piensa donde tus pies están parados.
 "Mi sufrimiento me hizo ser activista" Perdí a mi abuelo, a mi hermano, a mis primos, mi hijo fue herido, mi marido arresttado. Todas esas situaciones me invitaron a ponerme de pié, decia Manal.

"Acá la vida es misteriosa, cada día, y cada noche. Es como si algo te va matando por dentro." (Manal)

La casa de Manal, con gases, bombas y granadas que son arrojadas por los soldados israelíes cada semana.
Salud! Por la vida y el testimonio de estas  valientes mujeres.

Hasta el proximo relato.

Paula Fogel
09/01/16
Yanoun - Territorios Palestinos Ocupados

miércoles, 6 de enero de 2016

Trancisión - es (tiempo de)

Ya pasaron algunos días desde que el 2016 llegó, mi saludo llega con un poquito de demora, pero aquí está.
“Cuando el 31 levantemos las copas, nos miraremos y diremos: al final no era tan complicado” decía Michel allá por julio-agosto, cuando algunas situaciones personales y comunitarias nos encontraban preocupados, en incertidumbre y con la esperanza en tono verde agua. 

Un año “re bambi”[1] que queda en el calendario anterior, un 2015 para todos los gustos, con las situaciones mas variadas, y un 2016 que se asoma con algunos signos de preguntas, pero con varias preguntas respondidas tambien.
El 31 a la tarde mientras caminabamos alrededor de Yanoun se largó a llover. Repito. Se largó a llover, y llovio, por 6 dias. Cenamos temprano, miramos “The promise”, brindamos con un rico té y nos deseamos “Feliz año nuevo” con los companeros en el placement.

El 1° de enero, luego de algunas visitas decidimos recibir el año celebrando, contra viento y agua nieve nos propusimos hacer un asado, y asi lo hicimos. Compramos algo de carne en Aqraba y volvimos a Yanoun, Ghassan se ofreció como asador, compartimos pan, hummus, asado, te, ricas cositas dulces, y un grato momento compartido, grabé un video con nuestro deseos para este nuevo año (se los muestro a la vuelta, ya que el internet es demasiado lento como para cargarlo).

Bueno,  parecido al asado argento

Ghassan 

Matecito, asado, y comunidad

Hoy volvió a salir el sol, y me dieron ganas de escribir nuevamente. Por este medio va mi saludo y un abrazo grandote y viajero a todos ustedes, a quienes enviaron sus mensajes, sus saludos, a quienes llamaron, por skype, por cel,  a los que pasaron por el blog, y a quienes están desde el pensamiento, desde la oración, ahi, pero también acá, viajando conmigo.

Yanoun soleado
Recordé el título de un post de Michel, quien caminaba estas tierras como acompañante ecuménico un tiempo atrás y deseaba un 31 de diciembre “365 nuevas oportunidades”, que asi sea queridos amigos, querida gran familia. Estuvieron y están presentes por estos días, en este  tiempo de transición, no solo del año que se va y el otro que llega, sino   también en el tiempo de las otras transiciones, las internas, las profundas, las procesiones que van por dentro.
Que así sea, que el nuevo año que comienza nos regale 365 nuevas oportunidades, en lo posible que sean oportunidades de encuentro, de luchas compartidas, de revision de nuestras actitudes, de nuestros actos, 365 oportunidades de aprendizajes, de sonrisas y abrazos compartidos.

La situacion por estas tierras no parecio cambiar con el cambio de calendario (les contare en otro post sobre la experiencia estos dias).
Hoy les comparto una carta que nos entregaron en la escuela de Beit Furik, los companeros de Abdulla Naserah (el pibe que los soldados israelies mataron de 20 balazos hace 3 semanas en el Checkpoint de Huwwara). La carta va dirigida a los miembros de las  Naciones Unidas. 

Yo no se si alguien de las Naciones Unidas leera esta carta, pero creo que si ustedes pueden leer este deseo, las 365 nuevas oportunidades, para ustedes, y para estos pibes se hacen un poquito mas cercanas, un poquito mas humanas, con el mismo sentimiento de injusticia y de dolor que te provoca que una manana, luego de los examenes, tu amigo, tu hijo, tu alumno, va cruzando por el checkpoint y a los soldados se les ocurre dispararle,  pero en la conviccion de que del otro lado hay gente que tambien esta bancando la vida de estos pibes, a Abdulla, y a tantos otros como el, a sus maestros, a estos padres, y juntos desde aya, desde aca, reclamamos a gritos que Palestina sea libre, que las personas puedan vivir en libertad, que se puedan mover sin restricciones, que sus casas no sean demolidas, que sus tierras no sean confiscadas, que no existan muros ni alambres electrificados, que los derechos humanos sean reales y no solo unas palabras bonitas que se aprenden en la escuela.


Un abrazo viajero.

Paula Fogel 
06/01/2016
Territorios Palestinos Ocupados



[1]     Bambi: explicado por el Negro y Michel cuando nos cantaron por primera vez “esta todo bambí” en el hogar Metodista, hace referencia a un modo de ser y estar. “Es como el To be en inglés”, pero acá, cuando decimos está todo bambí, en cualquier idioma, hablamos de Rock And Roll. 

miércoles, 30 de diciembre de 2015

La luz que los locos ven

Les propongo imaginar un rato, cerrar los ojos y viajar con una breve pregunta. ¿Qué es lo primero que se les viene a la cabeza cuando piensan en Belén, en tiempo de Navidad?
¿el pesebre? ¿María? ¿José? ¿El gurisito Jesús en pañales? ¿los angelitos? ¿los reyes con sus regalos? ¿quizás la estrella que éstos siguieron? ¿los animales? ¿el censo ordenado por César Augusto? ¿el pueblo caminando para empadronarse?
Seguramete muchos de nosotros tengamos diferentes imágenes y recuerdos que nos conecten con este lugar y con esta historia, que más de 2000 años después nos fue contada, probablemente dramatizada en algún momento de nuestras vidas, y celebrada cada diciembre cuando afirmamos que ese nacimiento ocurrió, que Jesús vino al mundo en ese lugar donde no había lugar para El, y nos anunció alegría para todo el pueblo, la alegria de su nacimiento, ese nacimiento que vino a liberarnos de las opresiones, de los muros construidos por nosotros mismos, ese nacimiento que vino a ser luz en medio de un contexto en donde la opresión y la injusticia eran parte de la vida cotidiana.

Se me ocurrió jugar un rato el 25. Cerré mis ojos, recordé lo que pensada antes de estar acá, y se me vinieron a la mente varias imágenes de mi paso por la escuelita biblica, las obritas en las que actué, las diferentes navidades que representé, y también las navidades vividas, las más actuales, con mis amigos, con mis familias, en la iglesia, en el pueblo, la alegría de cada Navidad, la espera ansiosa por el brindis, por abrir los regalos, por abrazarnos fuerte y desearnos ¡Feliz Navidad! Mientras jugaba me pregunté ¿que significa ese deseo, esas palabras hoy?

Detuve el juego. Me despertó la realidad. Estábamos parados en frente al Muro de Separación que divide a dos pueblos, a una gran familia, Palestina e Israel. Ese muro de cemento, de 8 metros de altura y 700 kilómetros ha protegido estos años la expansión de asentamientos ilegales, ha colaborado el robo de tierras agrícolas de campesinos palestinos y ha separado a miles de familias.
Caminamos unos metros con mis compañeros Acompañantes Ecuménicos e ingresamos a monitorear el Checkpoint en Belén. Era 25, era, Navidad, profundamente deseaba encontrar el nacimiento de ese pequeño envuelto en pañales.
Pero la ciudad de Belén, el lugar en donde nació Jesús parecía olvidada por quienes dicen conservar la paz.
Vimos con nuestros ojos como le negaron la entrada a María embarazada, a José, a sus familias rumbeando a laburar, vimos como les dificultaron el paso a sus amigos que deseaban celebrar el nacimiento, a todos ellos y todas ellas que deseaban conocer al Jesús recién parido.
Sentimos el encierro que provocan esos grandes barrotes de hierro, esas altas y oscuras paredes. Escuchamos a los soldados gritar una y otra vez “come back”, “come back”. Observamos como las personas intentaban una y otra vez lograr la aprobación para poder cruzar, los vimos sacarse sus zapatos, sus cintos, sus sacos, los vimos cuestionar ¿por qué? Y escuchamos una y otra vez el mismo rechazo desde el otro lado del vidrio blindado.


Y ahí estaba Lucas, recordándome el relato del nacimiento.
Por aquel entonces se promulgó un edicto de parte de Augusto César mandando empadronarse a todos los habitantes del Imperio Romano. Este fue el primer censo que se hizo, y tuvo lugar cuando Cirenio era gobernador de Siria. Y todos se desplazaron a su lugar de origen para empadronarse.
Por esa razón también José tuvo que ir desde el pueblo de Nazaret de Galilea a Belén de Judea, que era el pueblo de su antepasado el rey David; e hizo el viaje con su prometida María, que estaba embarazada.
Cuando estaban allí se le cumplió el tiempo a María, y dio a luz a su primer hijo; y le puso unos pañales y le acostó en el pesebre, porque no habían encontrado habitación en la posada del pueblo.” (Lucas 2: 1-7)

Hace 2000 años una familia buscando un lugar en dónde pasar la noche y una mamá esperando por dar a luz, hoy, cientos de familias expulsadas de sus tierras, con sus casas demolidas, sus árboles de olivos quemados o cortados, sus animales acribillados, buscando, caminando, tratando de seguir alguna estrella que los conduzca hacia algún lugar en donde pasar la noche.
Hace 2000 años Belén, una ciudad controlada por el Imperio Romano, exigiendo tributos personales y territoriales al César, hoy, 2000 años después, la ciudad controlada por Israel.
Hace 2000 años el gurisito Jesús hablando de libertad, enseñando con sus actos, luchando por una vida justa, hoy, cientos de gurises pidiendo a gritos ser libres, ser liberados, durmiendo con miedo, sin saber si esta noche llegarán los soldados y se los llevarán, o si al cruzar el checkpoint algún soldado sienta “miedo” de ellos y decida dispararle 1, 2, 10, 15, 20 veces hasta ver su sangre correr y su cuerpo desvaneserce.
Hace 2000 años Herodes ordenaba matar a todos los pibitos menores de 2 años, tratando de dar muerte a quien sería imposible matar, hoy, 2000 años después, bebés y familias enteras quemadas vivas por grupos de colonos judíos, pibes secuestrados, torturados y matados, familias que esperan meses por la entrega de los cuerpos de sus hijos para llorarlos, despedirlos y sepultarlos, en la incertidumbre, sin saber si esto sucederá, si los cuerpos llegarán enteros o sin sus órganos.
Hace 2000 años la vida en estas tierras era vulnerable, hoy también.

Hace 2000 años un ángel les anunciaba a los pastores la buena noticia, les decía que no tengan miedo, que había nacido un Salvador.
No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo, el Señor” (Lucas 2: 10-11)
Hoy esas palabras se hacen presentes nuevamente, el rostro del pequeño está aquí, sus ganas de vivir, de sentir, su deseo de encontrar lugar en medio de personas amontonadas, en medio de turistas que sacan fotos, de autoridades que posan, en medio de árboles que encienden sus luces, en medio del lujo y despilfarro, pero también en medio del sufrimiento y del dolor en Belén, en Huwwara, en Nablus, en Beit Furik, en West Bank, en Gaza.



El gurisito Jesús sigue intentado entrar en los abarrotados corazones y traernos su luz, esa luz que los locos ven dice el rock and roll, y hoy mas que nunca creo que es la luz que los locos ven, aquella que nos puede guiar, acercar, abrazar, invitar a creer que es ahi mismo, en la debilidad, en el lugar donde no hay lugar, en el pequeño espacio donde El se hace presente y nos invita cada día a nacer de nuevo. Y si, la locura es necesaria ara creer en ese proyecto de vida al que nos invita Jesús, ese proyecto que va en contra de la corriente, en contra de los poderes establecidos, será nomás que habrán de llamarnos locos.

Luego de 67 años de ocupación, esta Navidad en Belén no tiene nada de anormal. “Lo anormal se ha vuelto normal” repiten una y otra vez las familias que visitamos.
En esta Navidad 130 familias están llorando a sus jóvenes palestinos asesinados durante los últimos meses, otra Navidad en la que cristianos Israelíes debieron pedir un permiso especial para viajar a Belén y celebrar sus tradiciones relgiosas. Otra Navidad en donde las restricciones de movimiento y la desesperanza parecen ser el paisaje habitual.
Si Jesús hubiera nacido hoy, probablemente no hubiese podido entrar a Palestina, y en el caso de haber pasado, sería uno más de los palestinos que hoy en día viven bajo ocupación privado de sus derechos humanos.

Pero Jesús nació, hermanos y hermanas, una vez más ese niño pequeño y frágil se hizo y se hace presente aquí y ahora, con sus diferentes rostros, con sus diferentes llantos, con todos sus nombres, y nos viene a anunciar la Buena Nueva de su Reino, El está aquí viviendo, resucitando cada día, diciendo NO a cada cruz que se alza aquí o allí, en Palestina, en Argentina, en Uruguay, en Latinoamérica.

Se ha cumplido el plazo, ya llega el reinado de Dios, enmiéndense y tengan fe en esta buena noticia” (Marcos 1:15).

Que el nacimiento de Jesús, la esperanza, la denuncia de la injusticia, el anuncio de la vida plena y la alegría del nacimiento sean, hoy y siempre. Amén.

Paula Fogel
30/12/2015

Yanoun-Territorios Palestinos Ocupados

martes, 22 de diciembre de 2015

Cuidame

https://www.youtube.com/watch?v=VomD9m6tbLA

Hoy sentí que Karan nos decía a gritos con su mirada “cuidame”.

Mi hermana Cristina, mi amiga Aye, y muchas mujeres que son parte de mi caminar me han regalado el privilegio de compartir  mi vida con niños y niñas.
Durante el estudio de teología hice mis prácticas en dos comunidades, Castelar y Florencio Varela, lugares donde aprendí, escuché, jugué, soñé y reí con los más pequeños. Este año comencé a trabajar en el jardin del Colegio Ward, compartiendo “educación cristiana” con los más gurisitos. Cada momento vivido con los “preferidos de Jesús” (como dice una colega del colegio) es una bendición para mi. Ellos con su frescura, su amor, sus sonrisas tienen el don de transformar cualquier situación, por más compleja que sea en el mundo adulto. Aveces solo basta una mirada, un guiño, una palabra con menos letras para recordarme lo maravilloso que es vivir.

Hoy pensé mucho en los más pequeños, no solo en los que conozco, sino en todos los gurisitos, en sus juguetes, en sus deseos, en sus alegrías, sus tristezas, en sus vidas.
Hoy la realidad nos puso frente a frente con la vulnerabilidad de los niños.
Ibamos camino a Tammun, un pueblo donde una familia habia sido atacada por los soldados en los últimos días. Cuando nos detuvimos como cada mañana para tirar la basura, Ghassan frenó el auto y se quedo escuchando la radio (el locutor hablaba en árabe), luego nos tradujo al inglés que en  la noticia reportaban un incidente ocurrido durante la noche. Un grupo de colonos judíos había atacado a una familia en Beitillu (un pueblo de 3000 habitantes cerca de Rammallah).
Hicimos algunos llamados, y cambiamos los planes; nos dirigimos hacia la casa de esta familia.

Al llegar a la casa nos encontramos con algunos familiares, muchos niños del barrio, algunos canales locales  y con  Sinam, mamá de Karam, un bebé de 9 meses.
Ella nos contó sobre lo ocurrido. Durante la madrugada, mientras dormían ellos junto al papá Hossein, un grupo de colonos (que viven a un kilómetro del pueblo) habían roto la ventana de la habitación y arrojado dentro dos granadas, un cóctel molotov y gas lacrimógeno.
Entramos a la habitación, estuvimos solo dos minutos ahí, mis ojos, mi nariz y mi boca estaban irritados y no podía respirar. Necesité salir inmediatamente. Ya habían pasado 9 horas, todas las puertas y ventanas estaban abiertas, y aún así el olor y el efecto eran insoportables.
- Ni bien ocurrió el hecho, ”el bebé parecía muerto” nos dijo. Hasta el momento no habían recibido asistencia médica. El papá llamó inmediatamente a los vecinos, quienes socorrieron a la familia y les dieron hospedaje durante la noche.
Hasta aquí la historia resulta demasiado cruel, pero no fue suficiente para quienes estaban en la otra vereda.
Con aerosol pintaron sobre la pared un mensaje en hebreo que decía algo asi como “Hola, los saludamos desde la prisión, en Duma”.
Hace algunas semanas, (habrán leído, quienes siguen las noticias de Medio Oriente), un grupo de colonos prendió fuego una casa en Duma, allí murió  un bebé de poquitos meses. Luego del hecho, dos israelíes fueron arrestados.
Según los hechos, el plan de muerte continúa. El mensaje fue y sigue siendo claro.
-“Vivimos con miedo, tememos por la vida de Karam” nos decía la mamá mientras abrazaba a su pequeño bebé que nos miraba fijamente.
- “Esto es normal” decía Mohammed, nuestro contacto local, en los últimos días han sufrido ataques similares a lo largo y a lo ancho del pueblo. Los más afectados han sido niños y jóvenes.

Karam  y su mama




Estuvimos ahí, compartiendo el dolor, tomamos algunas fotos, anotamos todos los datos, charlamos con algunos periodistas, saludamos a las mujeres de la familia, y nos comprometimos a reportar lo ocurrido. Al volver viajamos rotos en silencio.
-”Si ustedes se sienten así, imaginen como siente la mamá y el papá de ese bebé” nos dijo Ghassan.
¿Y ahora? ¿Ahora qué? ¿En qué lugar queda la presencia protectora a los niños y las niñas? ¿Cómo sigue la vida esta familia? ¿Cómo dormirán esta noche? ¿Dormirán? ¿Cómo sentirán? ¿Qué pasa por la cabeza y el corazón de las personas que planean estos ataques? ¿Hay lugar para sentir? ¿Qué valor tiene la vida en este lugar? ¿Cómo continuará la vida de Karam y la de sus papás?

Aquí estoy, esperando el milagro, ese milagro del nacimiento, de la vida, de la libertad para crecer, para jugar, para ser niños y solo niños, el milagro que ponga fin a esta situación injusta que cada día aprieta el pecho un poco más.
Ya casi llega la Navidad, ya casi celebramos la vida del niño Jesús, ese que nació en el pesebre, que vino a ofrecer la vida en plenitud.
Quiera este pequeño gran nacimiento traer luz, justicia y esperanza a este lugar. Un deseo fuerte de vida plena, una oracion color verde esperanza para Karam, para Sinam, para Hossein.


Paula Fogel – 22/12/2015
Yanoun – Territorios Palestinos Ocupados




sábado, 19 de diciembre de 2015

Y deberás plantar y ver así a la flor nacer y deberás crear si quieres ver a tu tierra en paz

Algunas noticias nos habían llegado el jueves, 24 pibes detenidos en Cisjordania, un pibe muerto a manos de las fuerzas de Seguridad Israelí, en el Checkpoint de Huwara (a unos pocos Km de Yanoun). Llovía, el cielo estaba cargado, revuelto, mis sentimientos también.

Luego de la caminata diaria alrededor de Yanoun partimos hacia Khebert Tana, un pequeño poblado, con algunas cuevas construidas en el interior de las rocas.
Las ovejas, los burritos, las montanas, el paisaje de este lugar. 


Las casas en las que habitaron las familias antes de la ocupacion 

 Al llegar nos recibió con una sonrisa Majid Afif Nafed, venía caminando con su vara, recién llegado de alimentar a sus ovejas, allí, en una cueva, él vive con su familia, aunque en esta época solo se encuentran los hombres en el lugar; las mujeres y niños viven en el pueblo mas cercano que se llama Beit Furik.
En enero su familia se muda ya que comienza la temporada con más trabajo, la producción de quesos, el cuidado de los animales, la producción de la tierra, y es necesaria la colaboracion de todos los integrantes de la familia.
La agricultura y el pastoreo de ovejas  son las fuentes de trabajo de los residentes en Khebert Tana.

Ni bien llegamos, nos invitaron a tomar te, nos ofrecieron sillas y nos mostraron sus animales.
Durante la charla Majid nos contó que viven allí “desde que Allá creó la tierra”, sus padres, abuelos y bisabuelos habían nacido allí, y por eso él decide quedarse y resistir cada día.

En el año 1970 el lugar fue declarado zona militar (área C) lo cual prohibió la construcción de casas  y cualquier estructura, también  desconectó a los residentes del agua y la electricidad.
El paisaje cambió mucho desde el comienzo de la ocupación, antes, en este mismo lugar vivian 5.000 personas que durante años han sido desplazadas, sus tierras  confiscadas y sus casas demolidas. Hoy son solo algunas familias, unas 200 personas las que viven alli.

En el año 2005 la Administración Civil Israelí demolió la mayoría de las casas, la escuela y bloqueó la entrada a las cuevas.
Los residentes presentaron su reclamo al Tribunal Superior de Justicia, pero el pedido habitacional y de construcción fue rechazado por los jueces en el año 2009.
Desde ahí el pueblo fue demolido 5 veces, las casas, las cisternas de agua, la escuela, sus vidas. Cada vez que demolieron el pueblo, las familias regresaron y volvieron a construir sus casas allí. El motivo por el cual hoy viven en cuevas es que tienen prohibida la construcción de estructuras permanentes.


Algunas mañanas cuando se levantan encuentran ovejas muertas, o aveces no las encuentran, estas son robadas por los soldados que cada noche ingresan con sus jeeps al pueblo.

Le preguntamos si siente miedo de vivir alli, “no tenemos miedo, ya perdimos todo, esta es nuestra tierra y no le hacemos mal a nadie, queremos trabajar, cuidar nuestras ovejas. Si me da mieda la nueva generación, ellos son más vulnerables que nosotros en este momento”.

Empezó a llover y decidimos movernos a mirar las casas demolidas, antes de partir le preguntamos si podíamos compartir esta historia con ustedes, nos respondió que sí, que se puso muy feliz cuando nos vió llegar y que nos agradecía de antemano por compartir esta realidad en cada uno de nuestros lugares, que nos esperaba en enero, cuando el campo ya estará más verde, asi podremos compartir algunas comidas caseras.
Su mensaje, su deseo, para compartir con ustedes fue el siguiente:

“Acá hay gente que es víctima, que está sufriendo, somos simples trabajadores, queremos vivir tranquilos y cuidar de nuestros animales”.


La escuela, demolida 2 veces.
 De a poquito fuimos regresando, aunque al cerrar los ojos seguiamos viendo ese paisaje, seguian sonando estas injustas historias de vida en nuestras cabezas. 
Cruzamos por Beit Furik y nos encontramos con una procesion por la muerte de Abdulla Nasasreh quien habia fallecido el dia anterior.


Caminamos juntos, ore en silencio.
Al partir nos encontramos con la ruta bloqueda antes de llegar al Checkpoint. Estuvimos esperando, hasta que los soldados se fueron y habilitaron el paso.


Viernes en Cisjordania. La vida diaria de quienes habitan estas tierras.
Dolor, bronca, sentimiento de injusticia se tejen cada dia, igual asi, en esta realidad, hay quienes  deciden resistir, y esto, esto solo es posible en un acto de amor.
Amor a la tierra, a la libertad, a los arboles, a los animales, a la familia, a las tareas cotidianas, amor a la vida, amor a una tierra en paz.

Las historias de Majid y de Abdullah, hoy, son la realidad cotidiana del pueblo palestino.
 "Quedandote o Yendote" escribia Spinetta, "y deberás plantar y ver así  la flor nacer y deberás crear si quieres ver  tu tierra en paz" recorde la letra mientras escuchaba la historia de vida de la gente en este pueblo. Quiera Dios que el deseo de Majid y de su pueblo se haga realidad.
https://www.youtube.com/watch?v=btu2ehHJR7M

Aunque mi esperanza hoy se encuentre un poco marchita, confio en que Dios siga regandola cada dia, para seguir creyendo y trabajando juntos por una tierra, en donde las personas vivamos en paz y libertad. Sin muertes, sin demoliciones, sin desplazamientos, sin miedo al acostarnos a dormir.

Hasta el proximo relato.

Paula Fogel
18-12-2015
Yanoun - Territorios Palestinos Ocupados


domingo, 13 de diciembre de 2015

Hoy vale más despertar que soñar, en este juego.

Que los niños tienen derechos, lo aprendí en mis primeros años de vida, que los adolescentes y jóvenes tenemos derechos me lo enseñaron en la escuela secundaria, en el grupo de jóvenes, en los campamentos, mis padres, mis maestros, mis amigos me hablaron de eso, me enseñaron a apropiarme de ellos, aprendí a luchar por ellos “junto con”, que tengo el “derecho” a reclamar mis derechos también.
Pero, ¿Qué pasa cuando esos derechos no son respetados? ¿Cuál es la puerta a la que hay que llamar para hacer el reclamo, cuál es el número que funciona las 24 horas para denunciar las violaciones de derechos humanos de los niños y las niñas aquí en Palestina?
Preguntas, me surgen preguntas cada mañana, cuando acompañamos a los pibes a las escuelas en As-Sawiya en la región de Nablus.


Hace casi una semana nos mudamos junto a mis compañeros del Grupo 59 a Yanoun, un poblado de 80 personas en la región de Nablus (norte de Cisjordania). En mis próximos relatos les contaré sobre la hospitalidad de las familias, los aromas, sonidos y sentidos, sobre la vida diaria en este lugar.
Las personas en Yanoun junto a otros pueblos cercanos viven rodeadas de asentamientos de colonos judios, con torres que sirven al control militar y se pueden divisar desde lejos por su altura y sus luces. Los colonos (niños, niñas, jóvenes, adultos y ancianos) reclaman como propia la tierra en la que los palestinos viven.
Para ejercer su reclamo utilizan diferentes métodos, uno de ellos es la incursión dentro de las escuelas en As- Sawiya (ubicadas en el área C) arrojando gases y bombas, pintando las paredes con mensajes violentos, rompiendo las aulas, violentando a los estudiantes y docentes, algunas veces esto sucede durante el horario de clase, algunas veces por la noche. No importa el momento, aquí la sensación de impotencia e injusticia renace cada día, es parte de cada cuerpo, de cada mirada, de cada testimonio compartido durante estos días.
Hoy quiero compartir con ustedes la situación de los niños y las niñas en estas tierras.

Cerca de las 08.00 de la mañana nuestro amigable chofer Ghassan, nos acerca a las ecuelas (separadas varones y mujeres), desde ahi caminamos junto con ellos, y luego nos dividimos para monitorear la entrada de las niñas y los niños. Algunas maestras esperan afuera, también el director y el secretario en la escuela de varones. En esta primer semana nos presentamos, nuestras primeras palabras en árabe y en inglés con los niños y las niñas.

Se preguntarán porqué es necesaria esta tarea, si muchos de nosotros viajamos e ingresamos solos y “protegidos” a la escuela en nuestra edad escolar.



Bueno, aquí, en los territorios ocupados palestinos la situación es diferente, cada mañana un grupo de soldados israelíes se encuentra en los alrededores de la escuela, con sus vestimentas y sus armas, ellos caminan entre medio de los pibes, también sus vehículos se pasean en este horario. Quizás es necesario recordarnos cada día el lugar en donde nos encontramos, quizás es necesario este accionar para que no olvidemos que estos pibes viven cada día de sus vidas bajo la ocupación militar israelí



Con algunos integrantes del equipo anterior compartimos charlas de presentación y café en las oficinas de las escuelas, los directores nos contaron sobre la situación durante los últimos meses. Algunos jóvenes nos compartieron sus videos en los cuales registraron momentos donde los colonos ingresan a la escuela arrojando bombas y gases lacrimógenos, gritando, violentanto a maestros y a estudiantes, ¿Las pruebas de esto? Nos la mostraron también.

El Articulo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU-1948) afirma lo siguiente:

1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación será gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y a las etapas fundamentales. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser accesible en general y el acceso a los estudios será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales. Promoverá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos raciales o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educacióon que habrá de darse a sus hijos.

¿Y los derechos humanos dónde están? ¿Dónde están las libertades fundamentales? Nos preguntaba con lágrimas en los ojos el director de la escuela de varones, luego de relatarnos una situación de arresto a un estudiante y un profesor en horas de clase algunos meses atrás.

Quizás es dificil imaginarlo, o quizás no, quizás depende de la sensibilidad, y creo que la sensibilidad es un sentido que si no lo ejercitamos a diario se va cubriendo de pequeñas cascaritas, que pasado un tiempo se transforman en cascarón, nos endurecen, al punto de volvernos in-sensibles, osea, sin sensibilidad, duros, fríos, poco humanos.
Quizás aquí pueda ir encontrando respuestas a mis preguntas de cada mañana.
Hoy estoy confundida, conflictuada con la humanidad, me cuesta comprenderme, comprender las maneras de relacionarnos, las formas de mirar al otro, que no es tan diferente a la forma en que me miro y me entiendo como ser humano, la manera en que construyo vínculos con otros, como parte de esta casa que habitamos en común.

En la escuela de Urif, el director nos mostró un árbol, creado por los pibes, lo llamativo son los materiales con los que este árbol fue construido, los gases y las bombas arrojadas por los colonos en las incursiones a la escuela. Recordé la canción que le dió nombre a mi blog: “Nunca se sabe, puede suceder, que la vida no termine nunca más”. En medio de la muerte, la vida, brotando en nuevas formas, con otros colores, con otros aromas, con nuevas esperanzas, esperanzas necesarias para abrir los ojos cada mañana, para despertar y desear estar de pié.


Tiempo de Adviento en estas tierras, Pedro Casáldiga en su poema “Verde Navidad” reza de esta manera:

Solamente faltan
unas lluvias más.
Háblame, Esperanza;
temores, callad;
que, a pesar de todo,
¡El nos nacerá!

(Gracias Negrita por guardarme como favorito a este maravilloso autor en mi computadora)

Hasta el próximo relato.

Paula Fogel


12/12/2015 Yanoun – Territorios Palestinos Ocupados